Creanlo o no, me ha costado un buen romperme la cabeza para tratar de hacer algo que pueda gustarle a la otra persona. Pero... Zaz!!! Durante la travesía que siempre emprendo del laboratorio a casa, apareció la idea... la fui desenvolviendo poco a poco y bueno... este es mi muy pequeño y sincero regalo para Karol Scandiu XD
Espero sea de tu agrado!!! Y que tengas una buena semana!!!!
Un abrazo para ti!!! =D
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La última sorpresa de mi vida
Después de tantos meses de estar sin acción en la base militar, hoy por la noche nos han llamado para ir a revisar una casa, en las afueras de Bonn. El lugar ha sido maravillosamente conservado, pero tiene un toque algo tétrico en los ventanales cubiertos de cortinas negras. Fremont, Hackett e Imre han entrado rápidamente por la puerta principal, sin antes leer la hoja llena de sangre que está en el suelo. “Eres mi alimento!!!”, es lo único que me ha llevado a cuidar un poco mas mis pasos.
De repente, veo que una sombra inicia a atacar a Fremont y, a pesar de su gran físico que posee, no logra derribarlo. Con angustia, busco en mis pantalones una pequeña lámpara para alumbrar la sala y…
- ¡Dispara Geert!, por un demonio, hazlo ya!!! – dijo rápidamente Imre, al momento que golpeaba fuertemente la cacha de su pistola para hacerla funcionar.
- ¡Carajos! Hay que salir de aquí, estamos en peligro!!! – vocifero Hackett y entonces, al darse la vuelta para correr, una docena de zombies atestaban el lugar. No tenía idea de que estos seres existieran de verdad. Mi cerebro empezó a trabajar a más de mil por hora y no vi el instante en que mis demás compañeros empezaron a gritar de dolor, envueltos en las garras del terror.
Dispare a diestra y siniestra mis dos armas MP40, para abrirme paso entre la columna de hombres, mujeres y niños que estaban privados de su voluntad. Para mi mala fortuna, los cartuchos eran pocos y no contaba con tiempo para cambiarlos, así que al llegar a la puerta, desistí de ellos y me dispuse a correr. Fue tanta la adrenalina que mi cuerpo producía, que nunca me di cuenta que fui lesionado en la pierna derecha. Empezaba a trastabillar con los pasos, pero no podía renunciar a morir lejos, sin contar antes lo visto.
De repente, miro hacia atrás y mis tres antiguos compañeros, con sus pasos errantes inician mi búsqueda, pero… he tropezado con unos leños y se me hace difícil levantarme nuevamente… alzo mi mirada hacia el cielo, para admirar por última vez lo que mis ojos y mi cerebro logran apreciar, antes de que sea uno de ellos.