Mientras que la segunda parte se encuentra en Hilos de nube (aquí)
PARTE 3:
"¡Jaco, amigo mío! ¡No pensé verte en esta vida otra vez!", grito alegremente el guardián del caserón encantado, un viejo con su enorme joroba que sobresalía estrepitosamente de la espalda y que, si bien no se veía presentable, evocaba en su mirada una confianza plena y llena de sabiduría.
"¿Cómo? ¿Lo conoces?", susurro Milo con un miedo todavía presente entre sus dientes.
"`¡Por supuesto! Fue un gran amigo en mis añejos tiempos, hasta que murió a causa de una enfermedad desconocida. Y tú, debes de ser Milo, el hijo del Conde Darcy, al cual deje de ver desde que eras muy pequeño. ¡Pero no te preocupes!, que tu padre me había advertido de este inconveniente y estarás a salvo aquí. De ella, se bien quien es, pero no entiendo porque la tienes atada como a un animal salvaje."
"¡Es simplemente para nuestra protección!", respondió Milo, levantándose rápidamente para estrecharle la mano a Hermes, el mozo que aun no había terminado de abrazar con tanta fuerza al ahora zombie.
"Dejemos descansar a mi Jaco querido y llevemos, como buenos caballeros, a esta damisela a un aposento mas cómodo. Es de imaginarme que usted ha caminado un largo trayecto", comento Hermes a Milo, quien todavía, no dejaba de presentir una extraña sensación entre sus pensares.
Mientras todos estaban descansando, a pesar de que empezaba a caer la tarde, Milo no recordaba nada de aquel lugar, él siempre pensó que había vivido en aquella aldea y no entendía porque su corazón palpitaba como si fuese a desbocarse un caballo en pleno frenesí. Camino por la estancia un rato, admirando la chimenea que nadie había encendido en años y los cuadros que todavía seguían cubiertos de sabanas blancas, ahora llenas de polvo, cuando el olor de aquella rolliza mujer le llego a sus papilas olfativas. "Es hermosa, pero es una pena inmensa que no me pueda corresponder", pensó para sí mismo.
"Y es importante que usted no se fije en ella como mujer, pues la muerte será su perdición", le contesto Hermes, quien llegaba con una taza de té al recinto. "Jaco paso por esa pena y seria mentirle que quizás, el amor hacia una vampiresa lo haya llevado a la tumba."
En eso, se escucha que alguien baja muy lentamente las escaleras, para luego, darse cuenta ambos que es Jaco, ahora mucho mas recuperado, con su margarita que, misteriosamente parece intacta.
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