30 de marzo de 2011

Proyecto de marzo 2011: Regálame una foto

Chic@s, Hola!!!

Pues mañana tendré una larga jornada, aqui todavia es 30 y como sé bien que por sus casas ya es 31, he tenido que colocar el escrito el dia de hoy.

Ante todo les deseo lo mejor y que tengan un lindo dia!!

Espero sus comentarios.

Abrazos enormes!!

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VOLVER A COMENZAR

"¡¡La vista es bellísima!! ¡¡Trato hecho!!", esas fueron las primeras palabras que pronuncie en lo que ahora sería mi nuevo departamento amueblado muy cercano al mar y a una de las avenidas principales. Estaba tan feliz, que no recordé al instante el porqué estaba ahí. Había decidido dedicarme de tiempo completo a mi más grande pasión: La escritura, y pocos meses atrás, el hecho de ganar un concurso para novatos, me tenía bastante incitada. Mis padres no estaban de acuerdo con ello, yo, una exitosa mujer de negocios y con un enorme futuro en aquella empresa, al final de todo dejaría aquello por ESTO!!!

La verdad es que seguía sintiéndome vacía por dentro, a pesar de tenerlo todo, en cuanto al plano material. Estaba apegada a un lugar donde ya no me satisfacía nada, ni por más que intentara comprar hasta el cariño de una persona. Todo había sido trágico, nadie más lo podía ver y sentir que yo misma.

Encendí de nuevo el teléfono celular, hacia más de una semana que no lo había hecho y no tenia las ganas de escucharlo sonar. Recostada en un diván que yacía cerca a la enorme ventana, me dispuse a disfrutar del ir y venir de las luces destellantes que propiciaban los automovilistas y el ligero viento que tocaba a las palmeras para moverlas.

Pero inicio el bip bip del celular, algo que interrumpía el ambiente silencioso que permutaba en el departamento. Me armé de paciencia y opte por leer los mensajes, preguntas como: ¿En donde estas?, ¿Sigues viva?, ¡Por favor llama o manda algún SMS para saber de ti!, era lo que mi madre y una amiga había escrito en todos estos días. Pase a los mensajes de voz y de inmediato reconocí a alguien... Hacía meses que ya su voz no perturbaba mis sueños...

"Hola Sofía... Hace meses que no se de ti... me di cuenta de que en verdad te amo y me haces falta... estoy sorprendido porque te has marchado, sin avisar... ¿Donde estas amor? Te prometo ir a buscarte hasta el fin del mundo, pero en verdad perdóname por ser tan tonto en haber herido tu corazón... Sé que me diste mucho y yo soy el cobarde por no ser reciproco en la relación..."

Al escuchar todo esto, deje caer el celular al suelo y me dieron ganas de llorar. El hombre al cual amé con toda la locura del mundo y me dejo por otro mejor cuerpo, apenas se daba cuenta de que existía y que mi amor había sido sincero.

“¡No, esto no está pasando!”, me dije en voz alta una y otra vez. Pero no me percaté que al salir el agente de ventas, había dejado entrecerrada la puerta.

“Disculpe señorita, ¿Se siente bien?”, fue lo que me regreso a la realidad y repentinamente de un sobresalto caminé para averiguar quién era. Abrí la puerta en su totalidad y me di cuenta que era un señor de edad avanzada que con su linterna en mano se disponía a enfocar hacia adentro de mi departamento.

“Mil disculpas señorita, pero la energía eléctrica se fue en todo el edificio, están haciendo unas reparaciones, pronto regresará. Por cierto, soy Jaime, el vigilante. Cualquier cosa, estoy a sus órdenes.”, me dijo muy amablemente y con una sonrisa que entre las sombras se dibujaba, me agrado su forma de ser. La gente noble siempre han sido las de corazones más limpios que existen en este mundo.

“¡Muchas gracias Don Jaime! Sí, me siento bien, es solo que me he enterado de algo.”, le comente con una sonrisa forzada. “Por cierto, me llamo Sofía y es un gusto para mi conocerlo.”

“Creo que le hará bien señorita caminar por la playa a estas horas, igual encontrará la paz que necesita entre sus pensamientos”, contesto, mientras me correspondía al saludo de mano.

“Me parece buena idea Don Jaime, debo meditar algunas cosas”, pronuncie con un tono de voz algo melancólica, retorne al diván, recogí el teléfono para salir de ahí y me dirigí a las escaleras.

Sentir la brisa marina en mi cara me hizo comprender tantas cosas… como el que no podría dejarlo regresar a mi vida, a pesar de que mis sentimientos afloraban por él. Igual y darle una última oportunidad bastaba para desengañar a mi pobre corazón de que tan estúpida era por confiar tres veces en alguien que ya conocía. Empecé a caminar hacia ese montículo de rocas misteriosas y me refugie en ellas cual pez se oculta de algún depredador. Observe que a lo lejos las estrellas iniciaban su danza de destellos en el cielo y tuve la necesidad de avisarle a mi madre de que me encontraba bien, pero primero, quería estar bien conmigo misma.

“Hola Luis, gracias por interesarte en mi de nuevo. Ciertamente habíamos quedado como amigos, pero al parecer tu nueva relación te absorbía demasiado tiempo y vi con tristeza que nuestra amistad se perdía. Tuve que alejarme y dejar que el tiempo curará mis heridas. Quiero disfrutar de las nuevas etapas que pienso vivir, así que no te puedo dar una respuesta final por ahora… Quizás tengas ahora tú que conquistarme… Esta es tu última oportunidad, ojala y la valores.”

Al leer la palabra “SMS enviado”, me sentí en paz y empecé a hacer planes para mi siguiente día. Pero ante todo, la idea más fuerte a llevar a cabo dentro de mi corazón era no ilusionarme del todo con Luis, tener la idea solamente de que si las cosas se darían seria para bien… y sino, algo mas bueno me esperaría en el camino de la vida… solo era cuestión de esperar.